2. Siete Imágenes de la Palabra

viernes, 19 de febrero de 2010

Para comprender mejor la Biblia, seleccionamos siete imágenes que la misma Escritura nos ofrece de ella misma, integrando un álbum fotográfico donde la Palabra se reconoce a sí misma:

1. La Palabra es lámpara y fuego.

Para mis pies, antorcha es tu Palabra, luz para mi sendero. (Sal 119, 105).

La Palabra es como una lámpara que ilumina cada paso que estamos dando, no toda la carretera; para seguir dependiendo de ella. Por eso, hay que tenerla encendida, como las vírgenes de la parábola, para entrar a la boda (Mt 25, 1-13).

Lectura bíblica: Salmo 27.

2. La Palabra es espada.

Tomen, también el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. (Ef 6, 117b)

Así como la espada es el arma más importante del soldado y que identifica a los reyes, la Palabra de Dios es la mejor arma para la batalla espiritual y las insidias del enemigo.

Lectura bíblica: Jn 6, 60-69

3. La Palabra es martillo.

¿No es mi Palabra, como el fuego, y como un martillo que golpea la peña? (Jer 23, 29)

El martillo, como la palabra profética, destruye y construye; golpea para triturar la arrogancia de los orgullosos y las imágenes de los ídolos que suplantan al verdadero Dios. Sin embargo, el martillo también afianza con clavos una estructura. Nuestra fe debe estar consolidada en y por la Palabra de Dios; de otra forma, se erosionaría con cualquier viento de doctrina novedosa.

Lectura bíblica: Mt 23, 1-7.

4. La Palabra es agua y lluvia.

Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vulven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer, así será mi palabra, la que salga de mi boca. (Is 55, 10)

El agua fecunda, pues es fuente de vida. La Palabra es como una lluvia que cae del cielo (iniciativa divina) para refrescar la aridez del desierto y sacia nuestra sed.

Lectura bíblica: Salmo 42.

5. La Palabra es miel.

¡Cuán dulce al paladar me es tu promesa, más que miel a mi boca! (Sal 119, 103)

Dios nos ha enviado su Palabra para que seamos felicies, en ella encontramos la fuente de la alegría y la felicidad. Además, quienes hayan probado las amarguras de la vida, como los discípulos de Emaús, la miel es mucho más dulce. La Biblia endulza nuestro corazón que fue amargado por el pecado, la decepción o la traición.

Lectura bíblica: Salmo 23.

6. La Palabra es semilla.

La simiente es la Palabra de Dios. (Lc 8, 11)

Semilla tan pequeña como un grano de mostaza, pero que una vez plantada en el corazón y en la mente, crece de día y de noche (Mc 4, 26-27).

Lectura bíblica: Mt 13, 31-33.

7. La Palabra es alimento.

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios. (Mt 4, 4)

Necesitamos el pan de la Palabra que es espíritu y es vida.

Lectura bíblica: Jn 6, 32-58.

Que la Palabra de Dios habite en ustedes con toda su riqueza

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